viernes, 19 de febrero de 2016

EMOCIONALMENTE INTELIGENTES

Ilusionad@s
No cabe duda que la actual visión que se tiene sobre la inteligencia dista mucho de la que se tenía décadas atrás. El efecto causado por Howard Gadner (quien irremediablemente ya os resulta familiar) y su Teoría sobre las Inteligencias Múltiples no ha dejado indiferente a nadie, y se podría decir que ha generado "una moda", y en consecuencia, un antes y un después en cuanto al modelo educativo que hoy se persigue.

La inteligencia emocional es considerada como una inteligencia más por la influencia que ejerce sobre el aprendizaje. Cuando un niño/a es capaz de controlar sus emociones es capaz de aprender mejor. Las emociones positivas facilitan la atención, la comprensión y la motivación.

Pero ¿a qué me refiero cuando hablo de inteligencia emocional? Pues sencillamente a estas cinco competencias: autoconocimiento, autogestión de las emociones, motivación, empatía y competencia social. Mathieu Ricard (monje budista) dice que uno de los principales objetivos de padres y docentes es que nuestros hijos o alumnos sean niñ@s felices, personas buenas y equilibradas, ¡menuda tarea verdad!

Cada vez es mayor el número de colegios, y el nuestro es uno de ellos, que apuestan por la formación de la personas en su integridad, donde no sólo pesen los conocimientos sino también el desarrollo emocional, social y ético. Se trata de poner en relación la mente y el sentimiento, ambos esenciales para el desarrollo de la personalidad. Por eso debemos desarrollar en nuestros niños/as conocimientos y habilidades sobre las emociones que les capaciten para afrontar mejor los problemas que se les plantean en el día a día. Se trata de educar para la vida (tiene mucho que ver con los valores) y ello implica fomentar actitudes positivas ante las situaciones cotidianas, desarrollar habilidades sociales (empatía) y estrategias para generar emociones positivas: automotivación, resistencia a la frustración, desarrollo del sentido del humor, disminución de la ansiedad.
Juego de la tela de araña: hay que decir algo bonito a un compañero/a
A través de la educación emocional abarcamos competencias básicas como el esfuerzo, mediante el rendimiento y la autodisciplina, el cumplimiento de obligaciones, la iniciativa, la adaptabilidad. Pero también la sociabilidad, la imaginación, la creatividad, la resolución de conflictos y el trabajo en equipo. Siguiendo esta línea, esta semana Ilusionad@s ha iniciado una nueva actividad:

EL PANEL DE LAS EMOCIONES

El recreo es el momento de la mañana en el que la actividad es completamente libre, juegan a lo que más les apetece y con quien les apetece, se relacionan con niños y niñas de otros grupos de Educación Infantil y por lo tanto es el momento en el que más conflictos pueden surgir y en el que más emociones se pueden sentir. Ya hace mucho tiempo que al volver al aula después del recreo, tenemos un ratito de asamblea en el que se plantean y se debaten algunos de los problemas que han surgido en el recreo. A veces como resultado de estas asambleas nace la necesidad de fijar alguna norma, se piden disculpas,... Pero se me ocurrió que podía ser buena idea plasmar esto en una especie de mural. La idea es que al subir del recreo, cada uno coloca su foto en el estado emocional que refleje cómo se ha sentido en el patio. De esta forma todos ven de forma evidente cómo se sienten o se han sentido sus compañer@s. A partir de aquí iniciamos la asamblea.

Asamblea
En este caso Iris explicó al grupo que se había sentido triste porque durante un rato no la habían dejado jugar al fútbol en el patio. Los implicados le pidieron disculpas, y además se puntualizó la importancia de respetar las reglas en los juegos.

Elegimos estos cuatro sentimientos porque eran los que más se repetían y la asociación de cada emoción a un color se realizó por consenso. Como dato curioso os contaré que al preguntarles qué color le pondrían ellos al enfado, todos sin excepción contestaron rojo.

Es importante "saber leer" lo que los gestos o las caras de quienes rodean reflejan, interpretar cómo se sienten aunque no nos lo digan. Pero esto no es fácil, hay que aprender a mirar y querer mirar... Así que en clase ¡hemos echado mano de la mímica! Por parejas decidieron un sentimiento (sorpresa, miedo, tristeza, alegría, enfado,...) escribiéndolo en un papel. 


A continuación todos los papeles se pusieron un montón y se barajaron. Luego cada pareja cogió uno de los papeles e interpretó, únicamente con gestos, el sentimiento que estaba escrito y que el resto del grupo debía adivinar. ¡Todos lo hicieron fenomenal!

Yeray y Luis M. hacen su interpretación
Me gustaría terminar este post con esta reflexión de Maya Angelou (activista estadounidense por los derechos civiles): 
"La gente olvida lo que dices, la gente olvida lo que haces, pero nunca olvida cómo la haces sentir".

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